La intoxicación por simpaticomiméticos es un problema de salud pública a nivel mundial. En México, entre el 2000 y 2013, fallecieron 18,284 personas como resultado de algún envenenamiento o intoxicación, abarcando este tipo de toxíndrome.
Aunque la incidencia no tiende a ir en aumento, es una entidad toxicológica que amerita la especialización de los SMU para el reconocimiento y tratamiento precoz, por las complicaciones que puede presentar.
La intensidad y manifestación del toxíndrome simpaticomimético dependerá de la sustancia y de su toxicodinamia. Existen cinco mecanismos por los cuales los agentes simpaticomiméticos puede generar su efecto en el organismo. Es importante mencionar que no todas las sustancias simpaticomiméticas generan sus efectos debido a los procesos descritos. Por ejemplo, la cafeína y la teofilina actúan a nivel de los receptores para purinas (específicamente los de la adenosina).
El abordaje del paciente intoxicado debe realizarse de manera sistematizada. La Guía de Práctica Clínica Mexicana recomienda un proceso de tres fases. Cada una avocada a identificar e intervenir en puntos clave para la adecuada evolución y pronóstico del paciente
Para conocer más sobre la presentación clínica, el diagnóstico y tratamiento, les dejamos este resumen enfocado a los SMU en su totalidad